Made in Andalucía TV presenta la técnica del azulejo a la cuerda seca
En la barriada de Coca la Piñera, en el término municipal de Camas, se encuentra este taller familiar en el que se decoran la cuerda seca y de forma artesanal los típicos azulejos sevillanos de forma artesanal… Fundado en 1939 en la actualidad, “Cerámica Campos”, decora todo tipo de piezas: muchas de ellas se moldean en el taller con barbotino o colage que es una arcilla reducida a pasta líquida que toma goma, a partir de moldes de escayola…aunque los productos más demandados son los azulejos, que reciben el nombre de la palabra árabe “Azulaj”, pequeña baldosa que llegan al taller para ser decorados a la Cuerda Seca. El proceso se inicia con el diseño de los motivos, originales del taller. Tras un primer boceto sobre papel, el dibujo puede pasar a la baldosa por distintos medios: uno de ellos es el Estarcido sobre el azulejo, a través de una plantilla de papel vegetal perforada. Estos agujeros permiten el traspaso del (polvo) y marcan una serie de puntos que sirven de guía para el dibujo, posteriormente éste será perfilado con tinta grasa compuesta por manganeso y aceite de oliva frito, ayudándose, a veces, el artista, de una vara denominada tiento. Otro modo de imprimir el dibujo en la superficie es mediante serigrafía. Un procedimiento de estampación artística, que se utiliza para hacer grandes tiradas del mismo modelo. La regleta imprime presión y la pantalla serigráfica deja su huella de tinta grasa en la baldosa para recibir los colores. Estas líneas dibujadas con grasa tienen la función de impedir que se mezcle el color de cada área. En este laboratorio se obtienen las pinturas para decorar los azulejos cuya base está compuesta de esmalte blanco o transparente y óxidos en distintas proporciones. Para la mezcla de estos elementos es necesario un molino hermético en el que unas bolas muelen la materia prima con un poco de agua hasta conseguir una masa homogénea. Las fórmulas químicas son propias de esta saga de artesanos y se han transmitido a lo largo de generaciones. El resultado es una gama exclusiva de colores que imprimen una identidad propia a todas las piezas que de aquí salen. Ya en el taller de decoración, poco a poco la superficie mate de los azulejos se llenará de luz. Las pinturas son aplicadas con una brocha de pelo de cola de caballo, y se mantienen separadas porque la tinta grasa las retiene o divide. Antiguamente unas cuerdas impregnadas en grasa delimitaban las áreas de color, de ahí el nombre de la técnica, decoración a la cuerda seca. Estos se aplicaban por tandas, primero todos los espacios de las piezas que llevan el mismo color, y a continuación otra tonalidad, el secado es casi instantáneo, para conseguir un resultado más efectista pueden combinarse los colores unos sobre otros y así crear sombreados. Una vez decorada toda la superficie los azulejos, dispuestos en una bandeja, pasan al horno para recibir la cochura. Aquí permanecerán ocho horas hasta alcanzar una temperatura cercana a los mil grados. En este punto de calor se mantendrá durante una hora, después comienza el periodo de enfriamiento que se prolongará otras ocho horas. Las piezas salen del horno listas para su embalaje…los colores se han transformado, ahora el azulejo tiene la apariencia de costumbre. Con esta técnica el catálogo de posibilidades es infinito, en este caso la tradición ha sabido vencer a la industria, los azulejos sevillanos reflejan las enseñanzas de los árabes. Su impronta artística, colorido y belleza hacen que este arte ancestral permanezca en el tiempo.